domingo, 15 de enero de 2023

¿Cómo es posible?

 Un día me pregunté cómo alguien era capaz de encargarse de otra vida a la misma vez que seguir viviendo la suya, y me convertí en mamá. 

De cómo podía mantener una persona la cordura con dos hijos llorando a la vez... y aprendí que la paciencia es una habilidad que se va aprendiendo pero que en este desafío repentino sólo el amor vale.

Otro día me pregunté cómo podía una madre mantener su casa habitable y a la vez su despensa llena... y me convertí en madre trabajadora. 

Luego me marché y comprendí las dificultades que vive una familia monoparental. En la soledad que se siente cuando tus dos hijos son demasiado pequeños para comprenderte. En el miedo que da no ser suficiente mientras eres uno que debe ser dos. En lo mucho que una madre lucha para que todo salga aceptable y en cómo sobrevuela las críticas nada constructivas porque tiene cosas más importantes de las que preocuparse. 

Aprendí que mientras se lucha se puede reír, bailar, sentir y volver a volar... En que estar realmente ocupada no tiene que hacerte sentir esclava. Porque esta vida la he elegido yo, y eso es lo que me hace libre.  

En que haber vivido mucho dolor sólo te hacía víctima en aquel momento, pero ya no. Que ya no soy la que era. Que ya nada me para la voluntad de caminar firmemente hacia adelante... y que si me veo con fuerzas tomaré la cuesta que me lleva hacia arriba, si quiero, si no no. Que la opinión de alguien será escuchada pero la opinión de nadie hará que cambie mis metas. Que me siento invencible, porque ya nada es imposible para mí mientras mis hijos tengan salud y sigan respondiendo que sí, si les pregunto si me quieren en medio de un berrinche.

Sé que la vida aún tiene cosas por enseñarme. Yo seguiré arrodillándome ante ella, aceptando lo que venga y aprendiendo... de mi entorno, de los demás cuando no lo impongan, de mis hijos, de mí misma. Siento que he estado en un camino muy oscuro y que por fin he encontrado alguien que aporte la luz que lo ilumine. 

Gracias, Querida YO, por brillar más fuerte que nunca y más lejos de lo que alcanza mi vista.

Y gracias a todos aquellos que confiaron en que este día llegaría... Eternamente agradecida a mi y a quienes me vieron muy viva cuando no lo estaba. 


jueves, 8 de diciembre de 2022

Querida yo, querida mama

 Querida yo a los 40. Aquí estamos tiradas en la cama con el traje de la reunión, el sujetador desabrochado y la bata encima de todo lo demás. 

Tengo que reconocer que Hoy tampoco hemos conseguido salvar el mundo, ni siquiera el nuestro.

La luz del cuarto de J sigue mal conectada, no he podido cambiar las sábanas de los niños, ni limpiado la jaula del conejo. No hemos colgado aún el tendedero que compramos en Amazon y sigo esperando encontrar las macetas colgantes que tanto me encantarían. La cesta de la ropa está repleta, he olvidado que no me quedaban toallas limpias y ni siquiera sé si mañana encontraré calcetines para los niños. 

Querida yo, querida mamá yo, los días van demasiado rápido y nosotras corriendo sobre ellos. Las noches son extremadamente cortas y las estiramos hasta romperse. 

 Son las 3 de la mañana y tengo el cuerpo descompuesto porque de tanto correr hoy quien se rompió fui yo.  Es curioso como el estrés pueda doler de esta manera y pueda oler tan feo. 

Querida mamá, estás haciendo lo que puedes. Estás haciéndolo sola pero no lo estás. Y deja de sentirte culpable por quien no se merece estar a tu lado, por favor. 

Querida yo, como mamá estás haciendo un trabajo casi perfecto, y eso es todo lo bien que puede hacerse. Nadie sabe si su fórmula de educar es la adecuada hasta que su combinación única de hijo haya crecido lo suficiente, pero hay que seguir regando amor, porque es lo único que sabemos con certeza que funciona. 

Querida mamá, querida yo. Aún te estás adaptando a este mundo extraño en el que de repente estás al cargo de dos vidas a tiempo completo y eres mamá y papá a la vez. Quien sustenta a la familia, quién alimenta, quién mantiene el orden y ofrece la paz. A veces de las dos últimas hay bien poco, pero no porque no se intente. 

Volverá ese día en el que te despiertes por la mañana con fuerzas. El día en que prepares zumo de naranja con manzanas para desayunar. El día en el que adelantes todo lo posible para cuando te sientas como hoy. Ese día las toallas estarán perfectamente dobladas y oliendo a talco. La cocina estará limpia y la ropa para el día siguiente preparada en la silla. Estoy segura que incluso les habrás leído un cuento a los cachorros antes de dormir. Ese día en que las palabras salen endulzadas con amor y cada acción está envuelta en cariño. Ese día siempre llega, mamá, mientras tanto, perdónate y devuélvete el cariño a ti misma. 


viernes, 11 de noviembre de 2022

Amar o no amar esa es la cuestion

 Me encanta cuando yo misma no entiendo mis emociones y de repente se me repite una canción en la cabeza que me relata exactamente lo que me está ocurriendo...

Hoy me puse a cantar repetidamente Writting on the Wall de Sam Smith. 

Esa canción habla de una persona que se está enamorando y del miedo que da. Sí joder. Miedo no, pánico. 

Cuando nos asustamos nos alejamos para no sentir porque el más mínimo riesgo a sufrir nos duele demasiado. Y empiezas a decir gilipolleces para no crear momentos de unión e incluso de decir lo contrario de lo que piensas, como que el otro no te importa lo suficiente con la esperanza de creértelo tú mism . Cierras la puerta del corazón y afuera todo lo que se habla es diversión y sexo porque ya no es un lenguaje que venga del alma.

Mirar a alguien a los ojos y querer ver algo adentro, no de sus ojos sino de su mirada y se nos remueva algo en las entrañas, como si se despertase algo que estaba dormido. Sentir que te has conectado energéticamente con alguien, que os sentís aunque no estéis juntos y que os habéis vuelto magnéticos para el otro.

Tener un compromiso con alguien en que sois cómplices de todo lo que ocurre afuera de vuestro círculo y dónde os prioriceis el uno al otro por encima de todo lo demás. Pero en lugar de elegir sentirnos así elegimos tener miedo y olvidarnos de amar. 

Pero así te sientes vacío. Siempre te falta algo, nada te llena suficiente, porque nada es lo suficientemente profundo... Eso me pasa, a mí y probablemente a ti también, ahora o en algún momento de tu pasado. 

Lo que más miedo me da no soy yo no queriendo volver a sentir, es que es en esto que está evolucionando la sociedad al completo.

lunes, 17 de octubre de 2022

¿Cómo se lloraba?



 A las 9:15 de la mañana estaban mis hijos en la puerta de mi casa, saliendo a empujones. Jayden tenía cita con el neurólogo a las 10:30 así que Eli entró al cole y Jay se vino conmigo a buscar el coche y unos papeles que había olvidado en casa. 

Después de eso nos dirigimos a San Carlos y tras las 50 vueltas buscando aparcamiento acabé enfrente del antiguo Mercadona en la estación (5 min andando pero tardamos 10).

Llego 10 min antes de la cita y espero. Me encuentro a la mujer de mi primo y su niño de 3 años que también tiene dificultades con el lenguaje y mira pues, al menos estoy acompañada. 

"Debería estar trabajando" piensa mi lado responsable, que maneja toda mi consciencia, emociones y remordimientos. 

 Entramos, todo está bien. Nos vamos. 

Lo llevo al colegio, firmo el papel de haber llegado tarde y me voy a buscar aparcamiento. Llegar y pegar, para compensar las vueltas que di en San Carlos. 

Me voy a mi casa. Todo está patas arriba después del cumpleaños doble que hice el sábado (menos mal que lo hice en el parque), pero todo estaba lleno de cajas y juguetes. Recojo. Me ducho veloz y me visto. 

Me pongo a trabajar y veo 50 correo, 10 llamadas, 4 whatsapps de clientes que he medio respondido y un contrato de arras que no he hecho. 

Me quedo hablando con mi amigo-jefe que debería estar empujándome a trabajar y soy yo la que le tiene que decir que mueva el culo. Llamo a mi madre para que vaya a recoger a los niños porque tenía que llevar a este a su casa y la reunión eran 10 min antes de salir los niños (muchas gracias por el detalle lo de la conciliación debería empezar aquí, por no ponernos reuniones en el cole a horas en las que tenemos que estar cuidando a nuestros hijos). 

Me voy a llevarlo a Cádiz pero tuvimos que echar gasolina. Voy con el coche a velocidad multa porque tenia una reunión en el colegio en 40 minutos y para volver tuve que llamar y retrasarla 10 min. 

16:57 Llego al colegio, sofocada. Mi madre está en la puerta preguntándose por qué llego tan tarde y yo solo pienso en llegar a la reunión. 

Entro, voy a hablar con la maestra y la PT de Jayden. Todo bien guay, está aprendiendo sin adaptación curricular porque no está tan mal como para ponérsela, aunque necesite refuerzo. Pero cuando entro en la clase de Eli me veo a la asistenta familiar porque ahora es Eli la que al parecer ha tenido problemas de arrebatos en clase y un episodio agresivo con una compañera. Eli me vio y quiso quedarse conmigo pero preferí que se fuera con su abuela que estaba esperándolos.

Últimamente Eli estaba bien. Hemos pasado unos meses bastante buenos, sin episodios extraños aparte de un día que parecía que había tenido una gran pesadilla y se despertó con un ataque de pánico.

18:00 Vuelvo a casa a intentar trabajar un poco pero Eli me habla mientras llamo a los clientes, me pide el móvil, Jay sale por chucherías y mi amigo me habla por whatsapp de maneras hipotéticas de gastarse el dinero que aún no tiene. Dejo de trabajar por la impotencia que me está produciendo la situación y empiezo con la rutina de noche cena-baño-cama.

Eli quiere que juegue con ella, me llama repetidas veces para enseñarme cosas y tengo que atenderla porque todos creen que está falta de atención. Jayden lleva 3 horas viendo videos en la tablet y tengo que cocinar. Llega mi amiga y vecina Bea. 

Le hago señas de que Eli está intensita y en modo mamitis extrema. Se pone a jugar con ella, hablarle y dibujar juntas y puedo cocinar y llenarle el baño. 

Tengo ganas de llorar y no recuerdo como se hacía. Quizás debería habérselo dicho así de claro a mi amiga pero tampoco puede darme una buena hostia para resolverlo.  

Eli se baña, pongo a calentar comida que sobró del almuerzo. Saco a Eli, le doy la ropa, muevo la comida y le pido a Jay 7 veces que deje el tablet y se bañe. Aprovecho para peinar a Eli con cariño mientras termina de dibujar. 

Analizo y no veo en que momento le hago más caso a mi hijo con autismo que a mi hija a la que no le doy atención por culpa de su hermano. Y no es un día tan diferente a los demás. 

Pongo la comida en la mesa mientras le pido a Jay 8 veces que se ponga la ropa. 

Viene el novio de mi amiga a recogerla, les despedimos mientras cenamos, lavado de dientes, le canto su canción de dormir a Eli y acuesto a Jayden que no encontraba su trapito y al que tuve que encasquetarle otra cosa ante su insistencia en buscarlo. 

Y ahora estoy con mi conejo encima de mi y mi casa llena de conguitos de sus heces. Con un día estresante sobre los hombros, la cabeza llena de cosas por hacer y el pecho revuelto. Aún tengo que ducharme, recoger y planificar el día de mañana. Y no sé llorar para calmar mi pecho, vaciar mi mente y relajar mi cuerpo. 

¿Habrá de verdad tantas madres como yo?


viernes, 30 de septiembre de 2022

No, nunca he tenido un negocio



Hoy me ha ofendido la desafortunada frase de alguien en un momento inoportuno. "¿Y tú cuantos negocios has montado?" me dijo después de que intentase darle lecciones sobre cómo no hacer las cosas. 

- Ninguno. -Respondí. Y no dije nada más, porque al igual que a él no le gustan las críticas constructivas de quien no ha construido nada, a mi no me gusta dar explicaciones a quien no las va a entender. Y también pienso muy seriamente en las repercusiones de mis palabras en momentos acalorados, y prefiero poner un punto antes de crear malas interpretaciones por saltarme una coma. 

No, nunca he creado un negocio, pero en mi mente llevo el legado de un pobre hombre pero incansable empresario que quería ver triunfar a un hijo al que no le interesaba absolutamente nada lo que él tenía para enseñarle. Yo me convertí en el puente que algún día uniría sus conocimientos con el éxito de su hijo porque a mi me apasionaba construir. Tres años escuchándole hablar sin cesar de los negocios que hizo, los que haría y los que jamás triunfarían. Tres años sin televisión, sin radio, sin amigos, sin oír otra cosa que a ese hombre enseñándome todo lo que sabía antes de morir de una enfermedad terrible. 

No, no he construido nada aún, pero llevo toda la vida calculando como hacerlo y en esto llega más lejos quien mejor calcula que quien más corre. 

No, no he emprendido aún, pero no podemos negar que ya tenía muchas cosas en mi cajón de ideas que están sirviendo bastante bien para este negocio. 

He visto delante de mi cientos de veces como ideas mías han triunfado exactamente como las pensé. Y he dicho cientos de veces, te dije que esto era un buen negocio, y cientos de veces más siguieron dudando de si tenían que apostar por mis proyectos. 

Quizás no haya construido nada, pero me he reconstruido ya mil veces, y así también se aprende. 

martes, 30 de agosto de 2022

El tipo de relación que necesito



Casi dos años soltera y me han preguntado cientos de veces cual es la relación que necesito. He estado desde los 14 años con mi pareja y ha sido mi única relación seria en edad madura. Considero haber vivido una relación tóxica gran parte del tiempo en la cual casi siempre cedía los deseos del otro para mendigar amor.

¿Cómo voy a saber qué tipo de relación quiero? Si aún estoy aprendiendo quien soy yo. 

A año y siete meses siendo solo yo, estoy descubriendo muchas cualidades en mí y encargándome sola de defectos que sé que antes recaían sobre el otro. A gestionar mejor mis emociones y a responsabilizarme de mis decisiones. 

Me han preguntado si aceptaría una relación abierta. 

La diferencia entre tener una relación abierta y una con exclusividad sexual... para mi es claramente tener un amigo con beneficios o tener pareja de verdad. 

Hay algo que se bloquea en mi cuando sé que la otra persona busca más allá algo que yo no puedo ofrecerle pero por otro lado, es egoísta y llena de incertidumbre la decisión de pedirle que no vuelva a compartir con nadie el placer del sexo. Llena de incertidumbre porque si algo ocurre me mentirá para no perderme, y mentir bloquea los buenos sentimientos. 

Yo solo sé que necesito sentirme especial para alguien. Relación tóxica o no, sé que sí me han querido como quizás nadie vuelva a amarme. 

Añoro ser lo primero en lo que alguien piense al despertar y lo que más eche de menos mientras intenta dormirse. Que piensen en mí con la misma pasión que yo tengo para entregar. Alguien que DE VERDAD quiera dormir oliéndome el pelo. 

Lo cierto es que tengo mucho miedo, y al igual que cuando se miente, temer que me fallen hace que mis sentimientos se evaporen. 

lunes, 11 de julio de 2022

Salto al vacío

 

Me han despedido del trabajo. Así, tal cual. Supuestamente el mercado inmobiliario va mal y la previsión es que de aquí a 3 meses quizás tenga que reducir la plantilla a la mitad... pero yo sé que entre otras cosas está muy harto de que yo sepa hacer las cosas perfectas y me salgan mal. Eso me recuerda a mi ex relación con el padre de mis hijos ¿Por qué caigo una y otra vez en manos de gente que piensa que puedo llegar a ser perfecta? ¿Seré yo la que me niego, por mi rebeldía incontrolable, a hacer las cosas del todo bien?


Pues no. Ni tonta, ni demasiado lista, ni perfecta, ni insuficiente... puede que ese Tdah que siempre he pensado que tenía juegue un gran papel en el asunto... aquí os doy la culpable: Dopamina, o mejor dicho falta de ella. La voy perdiendo poco a poco. En cuanto algo ya no es un reto para mi, cuando ya he aprendido más o menos lo necesario, cuando se vuelve lo mínimamente rutunaria... ya no lo quiero. Ni los estudios, ni las relaciones, ni los trabajos, ni los proyectos ni las tareas del hogar. No sé porqué no soy capaz de conseguir sentir entusiasmo por hacerlo bien día tras día. No hay medallas mentales después de la primera vez. No existe motivación alguna una vez que ya lo he conseguido, y lo suelto. Bueno no lo suelto lo hago automático mientras mi mente vuela libre a sus anchas imaginando donde más podría estar o quién más podría ser. Y mi automático no está bien configurado. Se pierde, se distrae y no enfoca.

Con lo rápido que aprendo. Con lo pronto que me adapto. Con lo versátil que me vuelvo. Con lo creativa que soy. ¿Cómo puedo fallar por falta de enfoque? 

Quizás solo es un mecanismo de defensa para evadirme de una situación en la que no quiero estar. Ojalá llegue ese momento en el que de verdad viva aquí y ahora porque el presente sea mejor que cualquier hipotética vida que pueda llegar a imaginar. Ojalá llegue el momento en el que mi jef@ entienda que el mejor empleado es aquel que cuya autoestima mejora por cada día que ha estado en su oficina y no lo contrario. Ojalá encuentre esa persona que valore más mi esencia que su ego y que la opinión pública. 

No me preocupa nada ahora, de hecho me siento muy libre. Las nuevas etapas siempre me han encantado. Me parecen oportunidades maravillosas para volver a reconstruirme y dirigir mi vida hacia donde quiero estar, lo que quiero ser y cómo quiero sentirme. ¿Quién dijo miedo?

Miedo me da la naturaleza enfadada, saltar al vacío... me da cosquillitas en el estómago. 


¿Cómo es posible?

 Un día me pregunté cómo alguien era capaz de encargarse de otra vida a la misma vez que seguir viviendo la suya, y me convertí en mamá.  De...