domingo, 7 de agosto de 2016

Dulce caos

Querida amiga. Este post va dedicado a ti, que tienes un hijo al que aún llamas bebé y ya viene otro en camino.

Se te hace difícil pensar en que tu bebé ahora será hermano mayor. Estas asustada, emocionada, ilusionada, ansiosa, preocupada... Y sobre todo cansada, muy cansada, y eso que aún no ha nacido tu segundo hijo, y eso te aterra. No sabes muy bien si reir o llorar al pensar en el futuro. Sabes que a partir de ahora tu vida oscilará entre lo difícil y lo hermoso.

A esta etapa en la que tu segundo bebé acaba de nacer yo la llamo "Dulce Caos". La llamo así porque pasarás de estar desesperada por descansar (fisica, visual o auditivente hablando) a llorar de emoción en cuestión de pocos minutos. Te aseguro que esto te ocurrirá. Ya depende de tí misma si tu vida sea más bien dulce o más bien caótica; dependerá de cuánto amor y compasión tengas al tratar a tus hijos.  Comprenderás por fin el significado de la frase "no sé si reir o llorar" porque estarás más cansada que nunca y te desquiciará cualquier travesura de tu hijo el mayor. Puede que grites a la mínima oportunidad y al segundo rías a carcajadas y pidas perdón.

Por suerte la gente suele ofrecer bastante ayuda al principio, no la rechaces aunque creas que no la vas a necesitar.

El tiempo te parecerá que se ha detenido pero tu solo querrás que avance, y deprisa. Y paradójicamente, gracias a Dios y por desgracia; pasará.

En menos de dos estaciones tu pequeño bebé comerá puré. Cuando te despiertes un día gateará y luego se pondrá de pie en todos los sitios. Entonces los dos jugarán juntos, aunque sea a quitarse las cosas, y tu observarás de lejos. Pasarás los días entre las risas y los llantos de tus dos bebés.  Y mientras juegan un día te preguntarás, ¿cómo ha pasado el tiempo tan deprisa?

Y los verás mirarse con una complicidad que nunca has visto antes en dos personas y te sentirás llena de amor, orgullosa y profundamente agradecida por haber experimentado todo esto en tu vida, que te ha aportado cosas indescriptibles, sobre todo felicidad y fortaleza.

Asi que, querida amiga: No te asustes. Vive cada momento inténsamente porque es único e irrepetible.

Un día de estos que pasan volando los verás bailando y sonreirás. Entonces querrás detener el tiempo. Verás a tu marido jugando con ellos, cargando a cada uno de un brazo mientras ríen a carcajadas y querrás de nuevo detener el tiempo. Pero al tiempo nada lo detiene.

Querida amiga; todo llega y todo pasa. Recuérdalo cada instante de tu dulce caos y date aliento con la certeza de que nunca será tan difícil como ahora. Algún día, tus recuerdos más felices serán aquellos que más te costaron, porque esos momentos serán el fruto del esfuerzo y el amor eterno de una madre que decidió regalarle a su hijo un hermano casi-gemelo.

Un beso y mucha fuerza.

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