Hola. Soy el resto de personas del mundo.
Ahora soy un niño al que has reñido por mentir porque no
viste pruebas de que decía la verdad.
Ahora soy un muy buen amigo del que dudas si tiene intereses
económicos contigo.
Ahora soy tu pareja que se decepciona con tus celos porque
tú tienes demasiado miedo a perderme.
Puedo incluso ser tu perro cuando se sintió mal porque le
reñiste por algo que no había hecho.
Es doloroso. Hacerlo bien y obtener consecuencias negativas
como si lo hubiésemos hecho mal. Ser castigados sin motivo… y aun así lo más
doloroso nunca es el castigo sino el cuestionamiento de nuestras intenciones.
Es doloroso… pero creo que lo que más duele es que viene de ti.
Querido tú. Ojalá te perdone, porque cuando no lo hago se
apaga un poco la luz que brilla en mi pecho por querer hacer las cosas bien. Se
apaga mi esperanza, se apaga mi fe.
Y tan bien funcionan las leyes de este mundo, que de repente
comienzo a tratarte como tú a mí, y ya nada es de verdad, ni mi relación
contigo, ni mis valores… ni siquiera yo mismo.
Así pues querido papá, querido amigo, querida pareja,
querido amo, querido vecino; ¿Y si en lugar de dudar de mí para protegerte tú, aprendises a confiar para protegerme a mi?
Precioso.
ResponderEliminarSe podria escribir un libro de esta reflexión que se resume a una sola palabra. " EGO "