domingo, 15 de enero de 2017

Querido Universo 2

Estoy empezando a tener esperanza en la humanidad. Cada día que pasa veo más gente consciente de su existencia y me siento muy afortunada de haber nacido en esta época para ver este cambio.

Aún nos queda mucho camino por recorrer, el mal de nuestra tierra no se curará hasta que dejemos de pensar en nosotros mismos y apreciemos la belleza del mundo tal y como es.

Las personas tenemos miedo de pasar todas y cada una de las experiencias más bellas e increíbles de nuestra existencia, incluídas aquellas que nos hacen crecer como personas. Maldecimos cualquier sacrificio que sea necesario, porque no entendemos cómo funcionas; universo.

Tú eres fruto del amor; del agradecimiento y la compasión. Sólo con estas cualidades y el esfuerzo físico haces tu magia y nos regalas eso a lo que llaman suerte.

He visto gente no ser feliz por miedo a la muerte, personas que no viajan por miedo a sentirse perdidos, he visto embarazadas no relajarse en 9 meses por miedo al dolor del parto, personas que no disfrutan del sexo por prejuicio. Y me pregunto ¿qué somos, personas o animales? ¡Somos animales, por supuesto! Animales en primer lugar, luego personas y luego sociedad.  Los animales que somos saben cómo deben vivir y disfrutan la vida. Las personas preveen el futuro y analizan las consecuencias de los actos. La sociedad es la que normaliza situaciones y crucifica estereotipos.  La sociedad nos dice qué hacer o cómo vivir aunque nuestro animal interior nos diga que así no estamos agusto y nuestro ser racional nos avise de que eso no es lo mejor para nuestro futuro.

Querido universo; tú, en tu compasión absoluta nos mandas constantemente avisos y mensajes que ignoramos completamente porque la sociedad no te considera y te aparta de nosotros. Ellos han decidido no decirnos que estás ahí escuchando nuestros pensamientos y sintiendo nuestros sentimientos, al igual que un feto en el vientre materno.

La sociedad decidió un día que la naturaleza ya no era lo mejor para nosotros y que escucharla era cosa del pasado. Nos hemos modernizado tanto que olvidamos que los árboles no pueden vivir sin raíces.

Tú eres nosotros, y el conjunto de todos nosotros eres tú. Tienes consciencia,  analizas tus opciones y ejecutas planes de acción. Ahora has decidido dejar que escuchemos nuestros propios pensamientos, y nos reconectemos entre nosotros, para que nos demos cuenta otra vez de que existes y no necesitamos ninguna fuerza superior aparte de tí. El maravilloso universo, nuestro yo superior, aquel que nos provee de alimento, que juzga y castiga, aquel que ayuda a los agradecidos y que tiene la capacidad de enfermarnos o curarnos para darnos lecciones.

El día que la gente hable de manera natural del karma, de las plantas curativas, de la sinergía, del bien común... el día en que lo normal sea que todos protegiésemos a alguien ante una injusticia... el día en que en los colegios los niños aprendan a escuchar su cuerpo... el día en que lo que nos sobre lo repartiésemos... el día en que nos demos cuenta que nuestro proveedor es la tierra que pisamos... ese día en el que la prioridad sean las personas y no las cosas; ese día la tierra será un lugar maravilloso para todos.

Querido universo; gracias. La existencia es maravillosa cuando te das cuenta de que eres parte de algo inmenso, y que nuestra existencia individual sí importa.

Las personas somos como el agua, que cuando se estanca se pudre, pero cuando el agua fluye da la vida y renegenera la tierra.

He decidido ser un ser consciente de la existencia, ser el agua que fluye, ser la luz que brilla intensamente.

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