Ha estado un par de meses en una guardería en España, seis meses en una guardería en Canadá y el resto del tiempo conmigo 24 h y a veces pasaba tardes o noches con los abuelos.
Os podéis imaginar cuánto ha vivido mi hijo si ha dormido más de un mes en 6 casas diferentes durante sus 3 años.
Hasta ahora no hablaba. Se limitaba a chapurrear palabras en Español, mezclarlas con el inglés, chapurrear inglés y decir constantemente expresiones de tres idiomas diferentes: Oh my God/ Oh my Godness/ Oh my! ¡Mira! Look at this/ look at that, this way / por aqui, galleta/ cookie... me decía mamá cuando intentaba hablarme español y mom cuando chapurreaba en inglés. No me enteraba de lo que me quería decir, pero sonaba muy interesante.
Habla de un modo muy inocente y siempre parece muy ilusionado. A veces se frustra y es difícil controlarle, pero casi siempre se resuelve con un poquito de amor.

A veces mi hijo se pone revoltoso y llega un momento en que empieza a embestir contra los adultos. Si no sabes lo que quiere te desespera y pierdes la paciencia, porque no te hace caso ni entiende conscuencias.
Cuando yo llegué a este punto recordé lo que había estudiado de psicología y me di cuenta de que lo que mi hijo pedía era cariño. Desde entonces cuando se pone patoso le hablo y le doy cariño, llamo su atención con otra cosa e intento relajarlo.
Mi hijo lleva 1 semana en el colegio, con sus 3 años. Tiene una profesora estupenda que en un día le enseñó su nombre "Nuria". Ahora después de solo una semana ya habla más claro y presta más atención.
A pesar de que sus padres hablamos español en casa mi hijo siempre prefirió el inglés y lo improntó como primer idioma. Veía cómo con 8 meses balbuceaba en inglés. Sus vocales eran cerradas y hacía sonidos que estaban muy lejos del español. Me frustraba ante cada intento de enseñarle español porque veía que lo que conseguía en inglés en 10 minutos tardaba 1 hora con mi idioma.
Me resigné a que mi hijo había decidido cual sería su primer idioma y decidí hablarle los dos idomas a la vez para acelerar el inglés y poderme comunicar con él.
A mí me estuvo llamando durante mucho tiempo pepé, con eso de que está papá, pues para él yo era pepé y eso que me lleve desde sus seis meses preguntando le respondiéndole "¿Quién soy yo? ¡Mamá!" diariamente. Pues ahora su hermana es pipi, hace poco descubrí que viene de baby, porque cuando vimos un baby en la tele, él empezó a decir pipi señalándo a su hermana.
La primera vez que Jay estuvo en una guardería en España me dijeron que el niño tenía la mirada un poco perdida y que no era "normal". Yo me enfadé, me entristecí, me frustré y luego entendí que yo también lo habia notado en el parque cuando jugaba con otros niños y que no podía enfadarme con ella por haberme dado mi primer guantazo de realidad.
Cuando llegamos a Canadá allí en la guardería también vino un día la cuidadora y me advirtió que mi hijo tenía unos berrinches muy descontrolados en los que se pierde.
Sea como sea, mi hijo es un niño maravilloso, un sol, siempre sonriente, alegre y sin maldad alguna. Llora cuando tu lloras, aunque lo finjas, si te has echo daño te besa, y siempre busca divertir a los demás haciéndo espectáculos y bailes.
Mi hijo no es normal: Es extraordinario.
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