jueves, 8 de agosto de 2019

Se nos muere la tierra


Querido Universo: 

Hoy estoy triste pero no como otras veces donde simplemente es el mal tiempo el que alimenta mis negatividades. Estoy triste porque le han puesto fecha de caducidad al mundo. 

Después de millones de años de historia, es nuestra generación la que a pesar de tener las mejores tecnologías, los mayores conocimientos y ser más que jamás en número, no hacemos nada por detenerlo. No diré que nadie esté haciendo nada, pero no los adecuados, no los suficientes. 

Me ha tenido que tocar a mí y a ti vivir esta vida en la que te obligan a agradecer la esclavitud. En la que la bondad está mal vista y lo mejor que puede pasarte en la vida es no preocuparte nunca más por cuanto estás derrochando porque nunca te va a faltar comida para tirar. 

En la que sobrevivir es ilegal cuando eres pobre. En la tienes que pagar para pescar donde solía hacerlo tu abuelo, porque el mar es de ellos. Tienes que pagar por la renta del suelo de una casa que es tuya, porque el suelo es de ellos. Tienes que pagar por energía solar que recoges con una máquina que has comprado con tu dinero (y sobre la que has pagado impuestos), porque el sol también es de ellos. Sólo queda que inventen la máquina para limpiar el aire y nos cobren impuestos por respirar, y no dudes que lo harán.

En la que los doctores te abren en canal sólo para sumar un número, te venden fármacos tóxicos por un precio y te matarían sin dudarlo por cumplir con unas estadísticas para mantener un puesto y nuevamente no digo todos, pero demasiados. 

Hoy estoy triste porque si el ser humano no existiese el mundo seguiría vivo. 

Mi planeta está condenado en este presente en que existo y aún sigo aquí sentada en este sillón sin hacer nada. 

Dime universo ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo puedo enseñarle a la gente que el mundo no llora cuando mueren catedrales sino contemplando como sus hijos la destruyen con su egoísmo irracional? Y no eres tú ni yo quienes las destruimos pero sí que estamos permitiendo que ocurra en este mismo instante, sin hacer nada por cambiarlo. 

Aun sabiendo que la polución es el peor de nuestros problemas ahora, los medios de comunicación siguen dándole más publicidad a un hombre con las uñas pintadas de rosa que a aquel que tiró una botella de agua por la ventanilla de su coche. Porque parece que nadie quiere ver y que alguien quiere que no veas, que lo que haga la gente con su vida no es asunto tuyo, pero todo mal que se haga a tu planeta puede provocar toda nuestra destrucción. 

¿Cuántos animales hemos extinguido ya? ¿Cuánta naturaleza hemos arrasado? ¿Cuántos mares y ríos contaminados? ¿Cuánto aire ensuciado?

Aun así siguen diciendo que lo biológico es la moda. Que lo sustentable es demasiado caro. Que las grandes marcas prefieren ver grandes beneficios. 

 El planeta tierra NO NOS PERTENECE. No es de unas cuantas grandes marcas. No es tuya, ni mia ni podemos usarla  para nuestro egoísta beneficio.Y lo único ilegal ahora mismo debería ser cualquier acto que atente contra la vida, la tuya, la mia, la de los animales y la de la tierra que pisamos. 

¿Por qué humanos y animales tienen derechos y la tierra aún no? 

¿Cuándo se firmó que una sola empresa tuviera el monopolio alimenticio? ¿Cuando se firmó que unos cuantos podían decidir destruir la tierra donde plantamos para sólo poder plantar sus semillas? ¿Acaso no es la tierra patrimonio de la humanidad? ¿Cómo pueden poner copyright a una semilla y privarnos de la que nos ha dado la naturaleza? 

¿Cómo puede decidir la ley a estas alturas que no puedo crear en mi terreno una vivienda autosustentable? 

¿Cómo puede una empresa de camisetas producir toneladas de colorante tóxico y verterlo al mar sin consecuencias legales mientras para un pobre es ilegal ir a buscar su propia comida en la naturaleza?

¿CÓMO DIABLOS ES QUE ESTAMOS PERMITIENDO TODO ESTO?

Llora, querida tierra, llora…porque el dinero es más importante que cualquier otra cosa.

Llora, querida tierra, llora... porque estamos todos condenados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Cómo es posible?

 Un día me pregunté cómo alguien era capaz de encargarse de otra vida a la misma vez que seguir viviendo la suya, y me convertí en mamá.  De...