jueves, 2 de septiembre de 2021

Solía


Hace un año mi vida era muy diferente. Solía vivir distinto... solía estar más tranquila... solía aburrirme...

Solía despertarme temprano para irme a limpiar habitaciones y baños como medio de vida y mi hobbie era aprender a decorar y vender casas. Ahora mi medio de vida es vender casas y mi habitación parece una pocilga. 

Solía vivir sola con mis hijos y tener un marido. Ahora vivo con mis padres y mis hijos parecen mis hermanos pequeños.  

Solía mirar pictogramas en una pared para no saltarme la rutina de mi hijo y ahora no sé ni donde están la mayor parte del tiempo.

Solía comer en familia, sin televisión, móviles o tablets y ahora la tv permanece 24 horas encendida a un volumen que hace imposible una conversación. 

Solía tener un planificador de comidas ajustado a la cantidad de verduras que tenían que comer los niños cada día y ahora comen salchichas tres noches seguidas.

Solía sentirme culpable y egoísta, pero ya no porque he aprendido que no sirve de nada. 

Solía no darle chucherías o postres industriales a los niños, pero vivimos con los abuelos y me he rendido. 

Solía no poder dormir si no abrazaba a alguien. Luego aprendí a dormir sola. Ahora ni siquiera duermo. 

Solía tener una casa de 200 metros cuadrados, con un escritorio de 3000€ y un sótano de juegos para los niños y ahora vivo en un lugar que ni siquiera considero mío. 

Solía sentirme muy sola. Ahora... bueno ahora también, porque aunque tenga muchos amigos mi almohada sigue sin abrazarme de vuelta. Solía sentirme sola y ahora también, pero al menos ahora es así por decisión propia. 

Solía amar a ciegas, ahora quiero pensar que volveré a hacerlo. 

Solía ser insegura y despistada. Ahora me llaman "businesswoman".

Solía hacer spa en casa los sábados por la mañana. Ahora ni siquiera tengo crema hidratante. 

Solía estar aquí estando allí. Ahora estoy aquí, ahora. Vivo el momento, lo disfruto y lo aprecio. Me quejo, ¿porque no? Pero ya no frunzo el ceño ni maldigo porque me salen arrugas y atraigo lo que pienso. Sueño, sí, pero sin dejar de apreciar la realidad. 

Antes era solo yo. Ahora soy una yo reconstruida. 

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