lunes, 11 de julio de 2022

Salto al vacío

 

Me han despedido del trabajo. Así, tal cual. Supuestamente el mercado inmobiliario va mal y la previsión es que de aquí a 3 meses quizás tenga que reducir la plantilla a la mitad... pero yo sé que entre otras cosas está muy harto de que yo sepa hacer las cosas perfectas y me salgan mal. Eso me recuerda a mi ex relación con el padre de mis hijos ¿Por qué caigo una y otra vez en manos de gente que piensa que puedo llegar a ser perfecta? ¿Seré yo la que me niego, por mi rebeldía incontrolable, a hacer las cosas del todo bien?


Pues no. Ni tonta, ni demasiado lista, ni perfecta, ni insuficiente... puede que ese Tdah que siempre he pensado que tenía juegue un gran papel en el asunto... aquí os doy la culpable: Dopamina, o mejor dicho falta de ella. La voy perdiendo poco a poco. En cuanto algo ya no es un reto para mi, cuando ya he aprendido más o menos lo necesario, cuando se vuelve lo mínimamente rutunaria... ya no lo quiero. Ni los estudios, ni las relaciones, ni los trabajos, ni los proyectos ni las tareas del hogar. No sé porqué no soy capaz de conseguir sentir entusiasmo por hacerlo bien día tras día. No hay medallas mentales después de la primera vez. No existe motivación alguna una vez que ya lo he conseguido, y lo suelto. Bueno no lo suelto lo hago automático mientras mi mente vuela libre a sus anchas imaginando donde más podría estar o quién más podría ser. Y mi automático no está bien configurado. Se pierde, se distrae y no enfoca.

Con lo rápido que aprendo. Con lo pronto que me adapto. Con lo versátil que me vuelvo. Con lo creativa que soy. ¿Cómo puedo fallar por falta de enfoque? 

Quizás solo es un mecanismo de defensa para evadirme de una situación en la que no quiero estar. Ojalá llegue ese momento en el que de verdad viva aquí y ahora porque el presente sea mejor que cualquier hipotética vida que pueda llegar a imaginar. Ojalá llegue el momento en el que mi jef@ entienda que el mejor empleado es aquel que cuya autoestima mejora por cada día que ha estado en su oficina y no lo contrario. Ojalá encuentre esa persona que valore más mi esencia que su ego y que la opinión pública. 

No me preocupa nada ahora, de hecho me siento muy libre. Las nuevas etapas siempre me han encantado. Me parecen oportunidades maravillosas para volver a reconstruirme y dirigir mi vida hacia donde quiero estar, lo que quiero ser y cómo quiero sentirme. ¿Quién dijo miedo?

Miedo me da la naturaleza enfadada, saltar al vacío... me da cosquillitas en el estómago. 


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