Hoy me ha ofendido la desafortunada frase de alguien en un momento inoportuno. "¿Y tú cuantos negocios has montado?" me dijo después de que intentase darle lecciones sobre cómo no hacer las cosas.
- Ninguno. -RespondÃ. Y no dije nada más, porque al igual que a él no le gustan las crÃticas constructivas de quien no ha construido nada, a mi no me gusta dar explicaciones a quien no las va a entender. Y también pienso muy seriamente en las repercusiones de mis palabras en momentos acalorados, y prefiero poner un punto antes de crear malas interpretaciones por saltarme una coma.
No, nunca he creado un negocio, pero en mi mente llevo el legado de un pobre hombre pero incansable empresario que querÃa ver triunfar a un hijo al que no le interesaba absolutamente nada lo que él tenÃa para enseñarle. Yo me convertà en el puente que algún dÃa unirÃa sus conocimientos con el éxito de su hijo porque a mi me apasionaba construir. Tres años escuchándole hablar sin cesar de los negocios que hizo, los que harÃa y los que jamás triunfarÃan. Tres años sin televisión, sin radio, sin amigos, sin oÃr otra cosa que a ese hombre enseñándome todo lo que sabÃa antes de morir de una enfermedad terrible.
No, no he construido nada aún, pero llevo toda la vida calculando como hacerlo y en esto llega más lejos quien mejor calcula que quien más corre.
No, no he emprendido aún, pero no podemos negar que ya tenÃa muchas cosas en mi cajón de ideas que están sirviendo bastante bien para este negocio.
He visto delante de mi cientos de veces como ideas mÃas han triunfado exactamente como las pensé. Y he dicho cientos de veces, te dije que esto era un buen negocio, y cientos de veces más siguieron dudando de si tenÃan que apostar por mis proyectos.
Quizás no haya construido nada, pero me he reconstruido ya mil veces, y asà también se aprende.
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